Todo se hizo añicos. Espejo roto frente a espejo roto. Vi cómo su imagen se rompía en mí. Y la mía en él. Aristas del otro hendidas en un alma descarnada, sin follaje. Expuesta. Lo peor no era el dolor, sino el frío.
Todo se hizo añicos. Espejo roto frente a espejo roto. Vi cómo su imagen se rompía en mí. Y la mía en él. Aristas del otro hendidas en un alma descarnada, sin follaje. Expuesta. Lo peor no era el dolor, sino el frío.