De pronto descubrió que el anverso de su vida tenía un reverso. Por una cara, las cosas ocupaban en orden su lugar. Como en un desfile militar. Se asomó temerosa al envés de su vida y, sorprendida, se encontró con el lugar donde habita la magia. Allí estaba. Con todas sus reglas y sincronías ignotas. Un mundo de emociones libres parecido al de los sueños. Y en el revés de aquellas hojas manuscritas, a salvo de las palabras y de lo visible, empezó a leer su verdadera historia. ©