La vida a veces te cortocircuita.
Y sin embargo, caminas.
Aunque el aire se haya vuelto melaza y tus zapatos plomo.
Un paso. Después otro.
Así descubres que eres lo que siempre queda de ti.
Eres quien extrae de la melaza burbujas de aire.
Y respira.
Quien desanuda los cordones de tus pesados zapatos.
Y te descalza.©
Pasos
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